¨QUE EL DIOS DE TODA ESPERANZA LOS COLME DE GOZO Y PAZ EN EL CAMINO DE LA FE Y HAGA CRECER EN USTEDES LA ESPERANZA POR EL PODER DEL ESPIRITU SANTO¨. Rm 15, 13
Creo que sabiendo san Pablo que el camino de fe es un tanto difícil, comienza con la oración de que Dios nos bendiga con el don del gozo y de la paz mientras caminamos por el camino de la fe.
Este versículo es tan solo una mención referente al tema de la fe, de la cual existen innumerables menciones en la biblia.
Hay otra afirmación preciosa que dice que no necesitamos sentir para creer y creo que este es uno de los mayores obstáculos que nos encontramos en nuestro caminar de fe. Asociamos el creer al sentir, es como si quisiéramos que nuestra carne camine tomada de la mano con el Espíritu.
Fe es ir contra corriente, es creer contra toda esperanza como nuestro padre Abraham.
Cuando todo dice no, saber que el que pone un punto final a la situación, o una coma es Dios. Cuando guarda silencio, no quiere decir que nos ha olvidado o que dijo no, Dios siempre está trabajando y permitiendo que lleguemos a la preparación para ser bendecidos por Él, de acuerdo a su manera y en su tiempo. Muchas cosas importantes sucedieron en la oscuridad, por ejemplo la muerte de los primogénitos en Egipto que dio lugar a la liberación de Israel, la llegada en forma de bebé del mismísimo Dios, la batalla ganada por Gedeón en el campamento enemigo…. tantas cosas que suceden en los momentos oscuros de la vida, así como en nuestro diario caminar. El hecho de que todavía no veamos lo que deseamos ver, que todavía no escuchemos lo que deseamos escuchar, no quiere decir que no llegará. Como siempre lo digo llegará de acuerdo a la voluntad, a la manera y en el tiempo de Dios.
En el libro de Habacuc hay una parte que Dios le dice al profeta que aunque parezca tardar, llegará.
Todo llega siempre y cuando sea de acuerdo a la voluntad del Señor.
ESPERANDO
Dios sabe desde la eternidad lo que necesitamos y conoce los deseos más profundos de nuestro corazón.
Necesitamos aprender a estar en constante comunicación con Dios, y esa comunicación se llama oración.
A través de la oración nos presentamos ante Dios tal cual y como somos, derramamos nuestro verdadero yo ante el Padre que nos conoce mejor de lo que nosotros nos conocemos. Sabiendo lo que necesitamos, lo que anhelamos, nos da la oportunidad de poner todo a sus pies, no dejemos este hermoso recurso como la última opción que tenemos, hagamos esta opción como el primer recurso y nos evitaremos tantas fatigas, tantas dudas, tanta incertidumbre.
A través de la oración en la que permitimos que nuestro corazón se desborde, llegamos a ese maravillo ¨clic¨ que nos pone en sintonía con nuestro Padre que nos conduce a esa paz que sobrepasa todo entendimiento.
Es cuando esa eterna espera con incertidumbre, con un talvez se convierte en certeza de un ¨sí¨ sabiendo que llegará a la manera y en el tiempo del Señor.
Dios concede nuestras peticiones en el momento que Él considera que debe ser y de acuerdo a su voluntad, nuestro requisito es creer y esperar en Él.
AFRONTANDO CONSEJOS EQUIVOCADOS
¨David y sus hombres estaban sentados al fondo de la cueva. Éstos le dijeron ¨Mira, ha llegado el día que te anunció Yahvé, cuando te hizo esta promesa: entregaré a tu enemigo es tus manos y tú lo tratarás como te parezca, David se levantó y silenciosamente cortó la punta del manto de Saúl.¨ ISm 24,5
Este acontecimiento sucede cuando el rey David se encuentra escondido en una cueva, huyendo del rey Saúl, quien cegado por la envidia, entra en la cueva donde se encuentra David al que desea dar muerte. Pero el rey pese a los consejos de quienes estaban con él, no procede a hacerle daño al rey.
Muchas veces, las situaciones inesperadas hacen girar nuestro mundo trescientos sesenta grados.
Hay momentos, por ejemplo, en que un compañero de trabajo habla a nuestras espaldas poniéndonos en mal ante todos, aprovecha oportunidades para enfocarse en nuestros errores o debilidades; en otras circunstancias no sabemos como hacerle frente a chismes de vecinos enfocados en nuestras equivocaciones.
Se dan tantas situaciones y estamos tan pendientes de la más pequeña oportunidad de aclarar la situación o de proceder con sentimiento de venganza ante aquel ser que nos ha hecho daño.
Muchas veces tendremos la oportunidad de ponernos a mano a nuestra manera, pero al presentársenos esa oportunidad, recordemos como actuó el rey David, un hombre de acuerdo al corazón de Dios. Puso a su Señor ante cualquier consejo, ante cualquier oportunidad que se se le presentó y que le permitiría poner fin a aquella espina. Se aferró al Señor, se dejó guiar una vez más para actuar de acuerdo a la voluntad de Dios
Cuando sintamos la necesidad de tomar la justicia por nuestra mano y satisfacer nuestro deseo de devolver lo que nos han hecho, pidámosle al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza que necesitamos para resistir la tentación.
Confiemos en nuestro Padre y cuando ponga al enemigo en nuestras manos, actuemos de acuerda a su voluntad y no de acuerdo a nuestra carne.
SIEMPRE ALEGRES
¨Estén siempre alegres, lo repito, estén siempre alegres. Que todo el mundo los conozca por su bondad. El Señor está cerca, que nada los angustie, al contrario en toda situación presenten sus peticiones a Dios orando, suplicando y dando gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús¨. Fl 4, 4-7
Hoy en día las preocupaciones y tribulaciones que siempre desde todos los tiempos han existido, han tomado dimensiones increíblemente fuertes, vienen multiplicadas como dice la famosa afirmación de más barato por docena.
En el momento en que san Pablo escribe este bello consejo en la carta a los filipenses, lo hace desde la prisión en que se encontraba y en una época donde también las tribulaciones de la vida estaban a la orden del día.
San Pablo nos fortalece a atacar cualquier tribulación con alegría, no por lo que estamos atravesando sino por lo que tenemos y por lo que está por venir. Nos recuerda que Dios está siempre cerca, que conoce nuestras necesidades, conoce lo que aflige nuestra alma y aprieta nuestro corazón. Nos aconseja a presentar nuestras peticiones en toda ocasión….en toda….. ante el Señor, nos invita que lo hagamos en la oración y a dar gracias por que esa necesidad que nos acerca más al Señor, a dar gracias por la bendición que recibiremos y por la manera espectacular en que Él se manifiesta.
Cuando la inteligencia, cuando el propio entendimiento ya no nos muestren falsas puertas que nos llevan a salidas largas y complicadas, al entregarnos al Señor el corazón se inflama de una paz inexplicable que viene después de rendirnos a Él y confiar en sus propósitos y planes que están por encima de los nuestros como lo están los cielos de la tierra.
AVECES DUDAMOS
´DICHOSO EL QUE NO SE SIENTE DEFRAUDADO POR MI´. Mt 11,6
Esta frase es pronunciada por Jesús cuando unos enviados de san Juan Bautista, fueron a preguntarle si era Él el Mesías. Entonces Jesús después de realizar algunos milagros enfrente de ellos, les dice ¨dichoso el que no se siente defraudado por mi¨.
El Señor habló y habla no solo a través de palabra audible, sino también a través de su actuar, de su ejemplo.
Aunque las cosas tomen un giro inesperado en nuestra vida, Dios está siempre aquí, ahora, dándonos la oportunidad de crecer y conocerlo un poco más en la prueba, en la duda, en la incertidumbre. También ha actuado en nuestras vidas, y lo sigue haciendo a su manera y en su tiempo.
Dios siempre se manifiesta en nuestras vidas, en la enfermedad, en la provisión y a pesar de su eterna presencia, llegamos a escandalizarnos del actuar del Señor cuando demora en su respuesta, y más si es completamente diferente a lo que esperamos. Se nos olvida que es el Dios Altísimo que tiene el absoluto control de todo, que nada se mueve sin que Él lo permita, que trabaja todo en conjunto para nuestro bien. Es el Dios dueño de la tierra y todo cuanto contiene, el dueño del universo y los que en él habitamos.
Cuando aconsejamos a nuestros hermanos que confíen, que esperen, que tengan paciencia, a veces solo es un consuelo del diente al labio, no procede de nuestro corazón, es tratar de quedar bien con la persona porque cuando nos toca a nosotros comenzamos a cuestionar a Dios.
Venzamos con la ayuda del Espíritu Santo esos momentos de duda, es un trabajo de todos los días y el ganar confianza en Dios es un pasito cada día.
Él es el Señor, no sigamos buscando ni esperando en el mesías auto fabricado. Esperemos en esos misteriosos caminos que Él tiene de manera personal para cada uno de nosotros y dejémonos sorprender por el mismísimo Creador y Dueño del universo.
UNO DE LOS ¨LEVÁNTATE
¨Entre tanto, le dijo Dios a Jacob: levántate y sube a Betel, y haz asiento allí y erige un altar al Dios que se te apareció cuando ibas huyendo de tu hermano Esaú¨. Gn 35,1
Los hijos de Jacob, realizaron un terrible acto de venganza cuando su hermana, Dina, fue raptada por el hijo del rey de otra tribu. Utilizando engaños actuaron de manera muy equivocada para la ejecución de su venganza. Gn 35.
Al enterarse Jacob, se llenó de temor ya que la otra tribu además de haber sido engañados, los superaba en número.
Entonces, Dios habló a Jacob y lo primero que le dijo fue l e v á n t a t e, o sea ya estuvo de lamentos, ya no llores más. Cuando nos sumergimos en el lamento, damos lugar al espíritu maligno de la autocompasión quien se esmera en no dejarnos salir de la situación en que nos encontramos.
Por eso al levantarnos, tenemos la dicha de dirigir la mirada a nuestro Padre, a enfocarnos en Él y no en nuestros problemas.
Cuando le indica que levante un altar como lo hizo cuando lo libró de su hermano, estaba recordándole a Jacob, que es un Dios de lo imposible, que lo rescató una vez y que lo seguiría haciendo. Que recordara su Omnisciencia, su Omnipotencia, su Omnipresencia, su fidelidad.
Confiemos en el Señor, no pensemos que si ya nos ayudó una vez ahí se nos acabó la oportunidad. No tenemos un Dios que nos favorece a cambio de ¨mastermillas¨ con fechas de caducidad, no espera que acumulemos puntos para ser canjeados. Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, nos ama por lo que somos: sus hijos muy queridos.
Levantémonos, ya no huyamos si ya se hizo presente en otras ocasiones igual seguirá haciéndolo.
BRILLANDO EN EL SEÑOR
¨Moisés bajó de la montaña del Sinaí con las dos tablas de la ley en su mano. Moisés no sabía, al bajar de la montaña, que su rostro irradiaba luminosidad por haber hablado con el Señor¨. Ex 34,29
Cuando nos acercamos a Dios para pedirle ayuda, la forma en que comenzamos la larga lista de nuestros requisitos, lo hacemos como si nos acercáramos a la ventanilla del autoservicio de algún restaurante de comida rápida. Esperamos que Dios tome la orden, sin tener que repetir y de la misma manera esperamos la entrega del servicio rápido.
Muchas veces nos acercamos por un instante, en el momento de la necesidad.
Cuando Moisés subió a la montaña, estuvo un buen rato de su tiempo con el Señor, hubo conversación, seguramente tubo la oportunidad de dar sus puntos de vista o sugerencias, habló, escuchó y volvió a opinar, posiblemente pudo haber sido de alguna manera similar este acontecimiento.
Cuando somos nosotros los únicos que hablamos, no niego que logramos experimentar una mini partícula de un leve asomo de tranquilidad, no paz, sino tranquilidad porque lo que acabamos de hacer es terapia de catarsis con nosotros mismos. Pero la intranquilidad vuelve una y otra vez, es como tomar aquella pastilla que solo alivia el dolor pero no nos sana, hasta que no tomamos el medicamento correcto.
Compartamos más tiempo con el Señor, no solo en la petición, Él nos espera siempre 24/7, dejemos que el brillo del Señor, brille sobre nuestra enfermedad, sobre nuestra escasez, sobre la falta de trabajo, en la soledad, en la depresión…..busquemos todas las partes que necesitan ser engalardonadas con el brillo del Señor y pasando tiempo con Él sabremos como depositarlas a sus pies.
SIENDO AGUILAS
El águila es considerada como la reina de las aves, majestuosa por excelencia. Ningún otro pájaro alcanza las alturas por las que esta hermosa creación de Dios, se desplaza y su vista no pierde el objetivo de su presa.
Cuando confiamos en Dios, cuando esperamos en Él, cuando no desviamos la vista de su eterna presencia, nos fortalecemos en la espera y llegamos a comprender y a experimentar que absolutamente todo lo que viene de Él es siempre lo mejor.
Este versículo nos asegura que volaremos como un águila, cuando las preocupaciones, los ataques del enemigo, cuando nuestro corazón se aprieta ante la necesidad, la falta de empleo, problemas familiares, escases económica todo lo que de manera personal nos encadena al conflicto, no perdamos de vista el objetivo de la presencia de Dios.
Cuando nos desesperemos porque no podemos ver la solución, la salida, es porque estamos viendo a nivel del suelo, es porque confiamos en nuestra autosuficiencia, es porque escuchamos consejos de voces equivocadas.
Si antes de tomar alguna decisión, de emprender alguna actividad, lo llevamos a los pies de nuestro Padre y esperamos, veremos desplegar las alas de nuestra confianza e iniciaremos ese majestuoso vuelo como las águilas.
Es con la guía del Espíritu Santo, quien intercede por nosotros ante el Padre, que recibimos esa fuerza desconocida que nos impulsa hacia adelante sin cansarnos.
NO HAY PUERTA QUE SE RESISTA
¨Yo iré delante de ti, y aplanaré las pendientes, destrozaré las puertas de bronce y romperé las trancas de hierro¨. Is 45, 2.
Con la ayuda del Espíritu Santo podemos meditar en este versículo haciendo nuestra la Palabra de Dios dirigida.
Dios le habla a un rey pagano, igualmente pudo haber sido a un soldado, a un joven, a un padre de familia, a un recaudador de impuestos, sin buscar un sabio entendido o un calificado académico. Dios dirige cada día su palabra a gente común, a pecadores como todos nosotros, nos asegura que irá delante de nosotros. ¿Cómo no celebrar victoria en cada situación, sea cual sea el resultado inmediato, si Dios nos dice que irá delante de nosotros? Es luz en nuestro camino, guía nuestros pasos, dirige el camino, y es más su promesa va más allá cuando nos confirma que cuidará de nosotros, abriendo lo que se tenga que abrir, ya sean puertas de bronce o un camino por entre las olas.
Sigamos adelante, el mismísimo Dios dueño y creador del universo y nuestro amado Padre ilumina el camino, cuida que no tropecemos y abre puertas de oportunidades, rompe trancas de hierro que nos mantienen prisioneros en la enfermedad, en relaciones indebidas, en vicios, las trancas que nos impiden seguir prosperando, el impedimento de encontrar trabajo…….
Busquemos que puerta es demasiado pesada, busquemos que tranca nos impide seguir adelante y sometamos los anhelos y deseos más profundos de nuestro corazón al Padre y que se haga de a cuerdo a su voluntad y no a la nuestra, que se haga de acuerdo a su manera y en su tiempo.
EN MI BARCA
Mc 4, 35-45
Muchas veces cuando la oscuridad de los problemas se apoderan de nuestro ser, cuando la ansiedad y la angustia se pasean a través de nuestros huesos, aparece el hermano mayor: el miedo, haciéndonos ver fantasmas donde no los hay y cosas que no se pueden ver toman forma ante nuestros ojos.
Recuerdo el pasaje que narra cuando en la tormenta los discípulos confundieron al Señor con un fantasma o cuando Pedro se asustó al ver el viento enfurecido. Nunca he visto el viento, creo que su propiedad de invisibilidad lo va a ocultar siempre.
He aprendido y sigo aprendiendo que no es malo tener miedo, los discípulos tan cercanos al Señor sintieron varias veces miedo, aun teniéndolo en la misma barca.
Dios no enseña que ante la tormenta solo tenemos que tener la mirada fija en su rostro, en el rostro del eterno YO SOY, nos enseña que va sentado a nuestro lado en la barca permitiéndonos gozarnos de su compañía listo para increpar a la tormenta de la cual ya se hizo cargo desde la eternidad.
Entonces me pregunté un día el porqué las tormentas y gracias al Espíritu Santo comprendí que son una hermosa oportunidad de verlo en acción. El ya se hizo cargo de todas y cada una de nuestras tormentas desde la eternidad pero nos da la oportunidad de verlo en acción, de ver que somos, creemos y servimos a un Dios vivo y verdadero, siempre presente. Es una oportunidad de sacudir el polvo de nuestra fe, es esa inyección de super vitamina para nuestra fe.
Es tan especial nuestro Padre que hasta las tormentas han sido permitidas de manera personal, para cada uno de nosotros, y todas llevan su esencia, su voluntad su propósito.
Sepamos que la siguiente tormenta ya descansa en paz gracias a Jesús que va en nuestra barca.