ENTREGANDO EL LAPIZ AL SEÑOR

Un día meditaba en dos historias muy similares por no decir iguales ya que la raíz es la misma: LA TRAICION.
La primera historia es cuando Pedro negó conocer a Jesús, y no pienso entrar en detalles de que lo llevó a negar al Señor en momentos tan terribles por los que estaba pasando, ni tampoco lo juzgo, en repetidas ocasiones con mis actos he negado a mi Señor.
La otra historia es la traición de Judas que vendiendo la preciosísima humanidad de Jesús, lo entregó con un beso que no fue rechazado por el Señor. Tampoco pienso entrar en detalles respecto al asunto.
Mi idea es únicamente meditar en los dos finales de estos episodios:
Pedro entregó su lápiz al Dios Altísimo, para quien no hay imposibles, quien resucita a los muertos y trae a existir lo que no existe, para que escribiera el final de su historia. Tristemente Judas decidió terminar su historia a su manera.
Antes de cualquier decisión hagamos un paro y entreguemos nuestro lápiz al Señor confiando en la espectacular manera que el continuará y terminará nuestra historia.

NO TEMAS SOLO TEN FE

Como madre de familia, al leer una y otra vez las sanaciones y liberaciones que el Señor Jesús realizó en los hijos de tantos padres, me preguntaba siempre porqué ellos? qué de especial tuvieron para tener acceso directo al Señor y recibir la salud y la liberación de sus hijos de manera tan directa?
A veces dije que no era justo, cómo podíamos hacer nosotros cuando ya no estaba el Señor presente de manera física.
Una vez más el Espíritu Santo que no se cansa de mí, amplió nuevamente mi entendimiento y dirigió mi lamento a meditar en la Omnipresencia de Dios, el que siempre es.
Y comprendí que Dios siempre es, no fue ni será, siempre es y en ese preciso momento cuando imaginé aquella madre siro fenicia cuya hija era liberada del demonio que la atormentaba, o cuando aquel hombre cuyo hijo era atormentado desde niño ´por un espíritu que lo tiraba al agua y luego al fuego hasta dejarlo medio muerto y que también fue liberado, vi entonces a mis hijos siendo liberados en ese momento.
Jesús nos vio cuando estuvo en este mundo, nos vio cuando aun no existíamos y ahora que existimos se ha quedado entre nosotros. Y en su eterna omnipresencia se ha quedado actuando liberando a nuestros hijos a través de las liberaciones de aquellos hijos.
Esos padres no conocían en quien podían esperar, seguramente ni siquiera aspiraban a una liberación o sanación de sus hijos, nosotros tenemos a Jesús y sabemos que ya obró en nuestros hijos obrando en los hijos de esos personajes.
También fueron vueltos a la vida cuando resucitó al hijito de la viuda de Naín y a la hijita de Jairo, resucitó también a nuestros hijos llenándolos de la vida que da su palabra su presencia. Y cuando no entendamos o veamos que la recuperación de nuestros hijos es un imposible, también nos dejó un «no temas solo ten fe».
Danzaremos y celebraremos con alegría a nuestro Dios quien tiene todo bajo control ese Dios que siempre es y que hará llegar las cosas a su manera y en su tiempo.




SELLADOS CON SU ESPIRITU

Hace algún tiempo cuando pensaba en la pasión y la crucifixión de nuestro Señor, no entendía el concepto de victoria que se le aplicaba, porque me preguntaba: Señor, como es esa victoria cuando hay tanta maldad en el mundo?

Gracias a la guía del Espíritu Santo comprendí un día que estaba analizando este hecho, únicamente desde un punto de vista humano, y en su inmenso amor y en su infinita misericordia que es nueva cada día, me guio a comprender que con su muerte tan necesaria, vino luego una resurrección al tercer día.
No se puede negar el hecho que al igual que el pecado también morimos nosotros, recibiendo el bautismo de su resurrección al tercer día.
A través de ese bautismo fuimos sellados con su Espíritu, recibimos ese Espíritu t o d o s, malos y buenos. En ese momento descubrí, siempre gracias al Espíritu Santo, que no hay ser humano que no halla sido sellado, los que habían existido antes, los que estaban en ese momento, los que estamos ahora y los que ya existen en el mañana.
Lo que significa que cien por ciento hasta los que pierden su alma en los infiernos también llevan ese sello, no pueden estar cien por ciento en el reino de satanás porque ese sello existe, lamentablemente muchos lo desperdiciaron, o no fueron conscientes de ese regalo, pero lo llevan.
Entonces que chasco para satanás que no tiene la completa posesión, pues ese sello estará siempre recordándole la presencia de ese Espíritu que lo venció en la cruz.


Comprendí entonces el poder de tu victoria Señor, y me uno a ti cada día para acompañarte en la eterna celebración sobre el pecado y la muerte.
Perdiste satanás.






















LA CRUZ A CUESTAS

Cuando en ocasiones medito en el tercer misterio de dolor «La cruz a cuestas por el monte El Calvario» pienso en que al tomar aquel madero tan pesado en forma de cruz, con todas nuestras actas de liberación, comenzó su camino hacia el Gólgota dándole oportunidad al pecado de adherirse a su divina humanidad en lo que duraba ese trayecto, haciéndole caer en repetidas ocasiones debido al peso de su horror.


En todas las veces que cayó se levanto….. se puso de pie por el amor que me tiene, por el amor que nos tiene.
También para que el pecado no perdiera su oportunidad de seguir adhiriéndose a su cuerpo, para mantenerse consiente en ese espantoso proceso, aceptó la ayuda del cirineo, exponiéndose al incremento de burlas y ofensas.

Pero también nos enseñó la importancia de aceptar la ayuda en nuestras cargas, a ser humildes y reconocer que en el camino hacia nuestro éxito debemos aceptar esa ayuda que Él nos manda a su muy especial manera de hacer las cosas.
Y así llegando al punto de su crucifixión, alargó su agonía dando espacio al pecado de seguir adhiriéndose a su preciosa humanidad, sufrió dolores físicos inimaginables, innombrables, sufrió contradicciones de gente mala, miradas de desprecio, pensamientos de rechazo, de crítica porque no era el Mesías auto imaginado por notros, porque no le reconocimos como al verdadero Mesías. Y en su gran compasión, siendo aun pecadores intercedió ante el Padre por nosotros, nos entregó a su preciosísima Madre como nuestra Madre, y ella volviendo a decir «SI», nos aceptó como hijos siendo los causantes de su dolor, de la pasión y muerte de su amadísimo Hijo.


Luego cuando el último pecado logró su espacio en su cuerpo, dio un grito antes de morir y para mí fue un grito de victoria porque todo se había cumplido de acuerdo a la voluntad del Padre, entonces, entregó su Espíritu al Padre, muriendo con su divina Humanidad el pecado y nosotros con Él.
Pero inmediatamente viene la alegría de recordar que al tercer día de su resurrección, fuimos bendecidos con el bautismo de su resurrección y hoy nos permite cada día ser criaturas nuevas en Él, tenemos la oportunidad cada día de vestirnos de Él, de imitarlo, de esforzarnos para que su Sangre Preciosísima no haya sido derramada en vano.


Qué hermoso es meditar en las riquezas del Santísimo Rosario que es una corona de rosas para nuestra Madre.






















SED COMO NIÑOS

Hoy deseo compartir una anécdota que escuché el Dr. David Jeremiah:


Una madre y su pequeño hijo, no especifica la edad, acababan de leer el pasaje en la Biblia que relata cuando el profeta Elías había huido de la persecución de la reina Jezabel.
Como Dios lo mantuvo a salvo, en descanso y cada día le mandaba alimento con la ayuda de los cuervos.
Era un invierno muy duro con escasez de comida por la que el niño y su madre estaban pasando y fue en ese preciso instante en que el niño al terminar su relato se dirigió hacia la puerta y la abrió.
El alcalde de aquella ciudad que había salido a verificar que todo estuviera bien, se sorprendió como en aquel cruel invierno, la puerta de una casa estuviera abierta. Fue hacia la casa, llamó a la puerta abierta y una madre sorprendida por la presencia del alcalde como también por el hecho de que la puerta de su casa estuviera abierta, dirigió su mirada al alcalde quien le preguntó porqué esa puerta estaba abierta ante la inclemencia del tiempo, a lo que ella tan sorprendida como él negó saber el motivo. Pero el niño que se encontraba al lado de la madre, le dijo presuroso al alcalde que era para que entraran los cuervos.
Ambos madre y alcalde no entendieron a lo que el niño procedió a relatar el pasaje que habían leído en la Biblia.
Después de un leve silencio, el alcalde les dijo ¨yo seré su cuervos a partir de este día¨.


Un niño cree todo cuanto se le dice, y aunque es defraudado sigue creyendo, aunque es maltratado vuelve a abrazar, no se cansa de esperar, de buscar, de amar.
Pidamos al Espíritu Santo que despierte en nosotros que nos bendiga con ese niño que mantendrá las puertas abiertas para los cuervos que el Señor dispone para nosotros.



































EL DIVINO HAGASE

Una de las especiales maneras de mantener viva la afirmación de que Dios tiene el control de todo, es recordar siempre la palabra h á g a s e.

Todo vino a ser a la orden del Padre de ¨hágase¨, y si meditamos en ese ¨hágase¨, todo existió, existe y existirá en su debido momento y lugar.

Dice en su Palabra que con exactitud escogió un lugar y puso límites para cada uno de notros. Y siendo la Omnipresencia uno de sus atributos, Él está ahorita tanto ante Moisés confirmando su ¨Yo Soy¨ también hubo un ¨Soy Yo¨ antes de subirse a la barca con los apóstoles y calmar la tempestad.

Dios siempre es, siempre está y se deja encontrar si de verdad lo buscamos con el corazón.

En nuestra vida al contemplar por alguna situación que estemos pasando, cualquier tipo de situación, si unimos los puntos en reversa, imitando la unión de puntos que cuando niño nos llevaba a descubrir un objeto que aparecía al terminar de unir los puntos, en esta ocasión al unir esos puntos en reversa, nos lleva a un punto específico donde nos damos cuenta desde cuando el momento presente forma ahora parte de un momento pasado, pero que fue necesario para llegar a ese hoy.
Todo ya existe esperando su debido momento, pero ya vino a ser en ese precioso hágase.




















RECOGIENDO LAS SOBRAS

Una parte de los evangelios que siempre cautivó mi atención, es cuando después de una de las multiplicaciones de los panes, Jesús escucha nuevamente a sus discípulos preocupados porque no habían llevado pan. Entonces detiene su camino, se da vuelta y amorosamente los amonesta haciéndoles recordar las dos ocasiones en las que multiplicó el pan y los peces y recalca, me pareció a mi, las sobras que recogieron y los canastos que llenaron con ellas. Y cuando les dice ¨…y aun no entienden…¨ me quedó como sonando ese comentario de mi Señor.

No entendemos el qué?

Y con la ayuda del Espíritu Santo cada día aprendo a entender un poco más, y qué entiendo? algunas cosas hasta ahora y las voy entendiendo de acuerdo a la voluntad de mi Señor.

1. Cuando nos estrega esa provisión lo hace después de que como Felipe nos rendimos ante Él, confesando que no sabemos lo que vamos a hacer. Y es en ese momento que Él nos enseña que Él si ya sabe lo que va a hacer, que lo sabe desde antes de mandarnos a sentar sobre pastos verdes, lo sabe porque ya lo hizo desde la eternidad y es así como sabiendo exactamente el lugar en el que nos hallamos sentados, llega hasta donde estamos con una provisión muchos más de lo que podamos desear y necesitar y después de que hemos sido saciados, nos pide que recojamos las sobras para que no se desperdicien. Toda necesidad ya fue cubierta aun cuando no existe.
2. Esa preciosa explicación ¨para que no se desperdicien¨ es una manera de decirnos, para que no se pierdan en el olvido, para llenemos el canasto de nuestro corazón con esas sobras donde hay una pedazo para cada necesidad aun cuando la necesidad ni si quiera existe. Ya fue atendida por nuestro Señor desde la eternidad, y al tener presente esas sobras sabemos que estamos cubiertos ante cualquier necesidad aunque esta no exista todavía. Recordar que esas sobras están en el canastito de nuestro corazón.
3. Entiendo que cada pedacito de esas sobras es un pedacito del Señor vivo en nuestra vida. Cada pedacito de sobra es un pedacito de Jesús con nosotros.

Cada día al recordar las sobras que están en el canastito de nuestro corazón ya hizo su trabajo de suplir cualquier necesidad.

Cada día espero entender un poquito más, y sé que será en el tiempo y a la manera de mi Dios.


































LLEVANDO LA CRUZ

No entierres ni te despidas del dolor físico de la enfermedad, ni del dolor espiritual o sentimental.
No entierres el dolor que la pérdida de un ser querido al que no pudiste pedir perdón antes de su inesperada partida o que te privaste de una entrega con amor a su servicio.
No entierres el dolor de un hijo extraviado en las malas compañías o envuelto en las garras del vicio
No entierres el recuerdo del momento en que tus hijos fueron expulsados por no poder con el pago de la mensualidad, o cuando piden un poquito más de comida y hasta el fondo de la cacerola fue raspado por el último pedazo de pan, o cuando fuertemente tocan a la puerta para gritarte el ultimátum del desalojo.
La lista es larga….muy larga y versátil, no todos tenemos el mismo talón de Aquiles y a algunos nos pincha no solo uno sino varios.
Pero nada ocurre sin que el Señor no lo permita, todo lo que llega a nuestra vida, ya pasó por sus dedos y solo lo que Él permite llega a nuestras vidas. Y si nos cuestionamos porqué lo permite, es algo que no es de nuestra incumbencia, perdemos tanto tiempo en el ¿Porqué?, que perdemos lo oportunidad de reconocer que todo tiene un propósito divino en nuestras vidas.
Gracias al Señor muchas situaciones ya pasaron, y nos preguntamos porqué aun duelen, creo que porque talvez en el momento en que atravesamos la situación no tuvimos la oportunidad de ofrecer al Señor nuestro dolor y ahora tiempo después de cualquier inconveniente que aun duele, podemos ofrecer el dolor del recuerdo. Tarde o temprano podremos llevar consuelo y solución a otros que están pasando por los mismo.
Todo en el plan de Dios tiene un motivo y una razón de ser.
No nos enfoquemos en enterrar las malas experiencias pongámoslas a los pies del Señor para su uso, ese Señor que siempre es presente, ese Señor que está en ese pasado doloroso, sabiendo que es parte de nuestro futuro que hoy es nuestro presente.
Salomón dijo en alguna parte de su libro Eclesiastés que todo lo que es ya fue, todo lo que será ya fue y que Dios repara todo.
Antes de caer en el desánimo del ¿porqué? mejor recordemos que Dios está presente en nuestro pasado, en nuestro presente y en nuestro futuro, que siempre ES, y que todo tiene un propósito divino.