POBRE DE ESPIRITU

Recordando esos momentos en los que la escasez económica marcaba mi día a día, y como constantemente buscaba lo necesario para completar la provisión de cada día y la inmensa alegría cuando lograba llenar esa necesidad.

Me doy cuenta que al carecer de tanto, fui tan felíz al abastecerme con tan poco, ese poquito llenaba mi necesidad y no había complicación de un querer más, de un pensar en cómo o dónde estaría la siguiente provisión, sólo sabía que ahí estaría mientras no me cansara de buscar. Siempre encontraba.

De la misma manera siendo pobre de espíritu, no me canso de buscar a Dios en todo momento, en todo acontecimiento, en cada situación, en cada oportunidad.
Y con un pedacito de Él con el que tropiezo cada día, se produce en mí un gozo que se desborda a través de cada uno de mis poros.

Ayúdame Señor a que ese afán de llenar mi pobreza con tu presencia se mantenga siempre vivo en mi corazón.

¡GRACIAS AMADO DIOS!

















CON JESUS EN LA BARCA

Cada día cuando invito al Señor Jesús que tome el timón de mi barca y que la lleve hacia donde le place, una sensación de paz llena mi interior.

Cuando pienso que si voy en mi barca es para dirigirme hacia la otra orilla o para trabajar por la pesca de ese día, sabiendo que Él va a mi lado con seguridad llegaré a la otra orilla y que regresaré con la pesca de cada día.

¡GRACIAS SEÑOR JESUS!

DIOS SIEMPRE ACERCANDOSE A NOSOTROS

Meditando en el cuarto misterio de Gozo del Santísimo Rosario y gracias a que el Espíritu Santo, que no se cansa de mí, dirige mi atención hacia el momento en el que, este mismo Espíritu, guía a Simeón y a la profetiza Ana a estar en el templo en el lugar y en el momento preciso de la presentación del Niño, tienen acceso a recibir ese encuentro con Jesús.


Medito que para el Dios de lo imposible, que resucita a los muertos y que trae a existir lo que no existe, siendo un bebé coordinó la manera en que se acercaría a estas dos personas. Me doy cuenta que siendo un bebé dependiente completamente de su madre, se acercó a dos personas que lo esperaban desde hacía mucho tiempo. Solo tenían que seguir firmes, creyendo en aquello que no veían pero que sabían que vendría.

Pienso en otros encuentros y como en todos el Señor nos da su cercanía como en el caso de la mujer samaritana, buscó ese momento en el que ella sacaba agua, en la hora más caliente, lejos de las críticas y burlas de las otras mujeres.

Llegó a la piscina de Siloé justo antes de que el paralítico se rindiera ante sus intentos de alcanzar el agua.

Viajó para encontrarse con aquella madre sirofenicia para atender la súplica por la liberación de su hija.

Pasó por Naín justo en el momento en que una madre enterraba a su único hijo amado.

De camino hacia la casa de Jairo para atender la solicitud de sanación en su hija, le dió la oportunidad de que una mujer tocando su manto encontrara sanación.

Y así, de muchas maneras nos enseña que su amor no sigue un patrón determinado que nos exige cumplir ciertos requisitos para recibirlo, lo único que nos pide es tener fé, abrir el corazón y dejarlo ser Dios en nuestra vida.
Nos sorprenderemos inmensamente de verlo actuar a su grandiosa manera y no a como nuestra mente limitada lo imagina.

¡GRACIAS SEÑOR!

CAMINANDO DE LA MANO DEL SEÑOR.

Pienso en esos cuarenta años que Israel pasó por el desierto y me doy cuenta de que
cada día es una hermosa oportunidad de tropezarnos con Dios, es esa chispa que nos llena de admiración cuando de repente en un preciso instante, comprendemos porque aquella puerta se cerró o porque no se ha abierto todavía, el porqué de aquella experiencia que no entendimos y que posiblemente fue dolorosa.

Dios está presente siempre, conoce los planos de nuestra vida desde el inicio hasta la meta.

Permíteme Señor no soltarme de tu mano.

MI GRANITO DE ARENA

Siendo una persona diabética y además teniendo marcada tendencia hacia todo lo que esté cargado de carbohidratos y azúcares, comprendí hasta hace poco que la lucha contra esta tentación permanecerá hasta que mi Señor lo permita de la misma manera seguiré cayendo en tentaciones hasta que Él lo permita.

Mientras tanto, enfrentar cada tentación de alejarme de los dulces y los carbohidratos, es una oportunidad de darme cuenta de mis limitaciones y que cada logro le pertenece única y exclusivamente al Señor. Así como también en cada lucha para no caer en la tentación es una oportunidad de ejercitar el músculo del dominio propio.
Pensaba que con solo pedirle a mi Señor que me ayudara a soportar, estaría recibiendo alguna fortaleza activada con un botón, qué lejos estaba….pero el Espíritu Santo, que no se cansa de mí, me hizo comprender que todas mis batallas, de cualquier índole, ya habían sido ganadas por Dios, que estaban esperando únicamente por esa parte mía que me tocaba poner: mi resistencia.
Recordé que después de habernos puesto la armadura de Dios para enfrentar el día malo, y después de haber vencido, tenemos que resistir.
¡GRACIAS SEÑOR!

DEJANDONOS GUIAR

Antes de que Dios nos trajera a este mundo, eligió algo para nosotros, posiblemente nos dió muchas opciones y no nos deja que tomemos decisiones solos.

Nos regala los dones espirituales que tenemos, nos los ha dado para equiparnos para lo que Él quiere que hagamos y de cómo quiere que empleemos nuestra vida.

No estamos aquí por accidente, nacimos antes de la fundación del mundo, nos eligió en Cristo, no por nuestros méritos ni por lo que haríamos, ni por lo que prometiéramos hacer, estamos aquí con un especial propósito.

ENFOCADOS EN LA GRACIA

En la vida estamos siendo constantemente etiquetados por las cosas incorrectas que hacemos, por las malas decisiones que tomamos, por los errores que cometemos o por cualquiera sea otra acción que permita que señalemos a otros y que otros nos señalen.

Dios no desea que nos enfoquemos en los aspectos negativos con los que hemos sido etiquetados por otros o con los que nos hemos auto etiquetado.

Ante las tres negaciones de san Pedro, Jesús le dió la oportunidad de reparar cada una de ellas, le dió la oportunidad de confirmar tres veces, el gran amor que le tenía.
Jesús en su inmenso amor e infinita misericordia que es nueva cada día, no se fue de este mundo, dejando a Pedro con la incertidumbre y la pena de aquella negación.
Dios no quiere que vivamos enfocados en nuestros errores, en nuestra falta de fidelidad, Él sabe que habrá muchos momentos en los seguiremos fallando en el test, que seguiremos cayendo en tentaciones y por en cada ocasión nos cubre con el manto de su Gracia.

Dios escogió con exactitud un tiempo y un espacio en este mundo para cada uno de nosotros y de la misma manera se hace presente.

Ayúdame Señor a no cargar el peso de lo que tu amadísimo hijo Jesús cargó sobre sus hombros al llevar aquel inmensamente pesado madero en forma de cruz, con todas nuestras actas de liberación.

LO TEMPORAL Y LO CELESTIAL

«Las cosas temporales sean para usar, las celestiales para desear. No puedes quedar satisfecho d cosa temporal, porque no eres creado para gozar de lo caduco».

SANTO TOMAS DE KEMPIS

ENTRE NOSOTROS

En un salmo el Señor nos asegura que siempre estará con nosotros, que nunca nos dejará ni nos abandonará.
No necesitamos sentir para saber que Dios siempre está con nosotros, los sentimientos además de ser traicioneros, son inestables, sujetos muchas veces a estados de ánimo.

Ayúdame divino Espíritu Santo, estar consciente de que Dios siempre está entre nosotros, y no sólo cuando a fuerza quiero que se manifieste haciendo lo que quiero.

¿ PORQUE DE UNA PRUEBA?

Pienso que así como cada prueba que es permitida por el Señor y que lleva mi nombre, así también lo son las bendiciones.
Cada prueba es una preparación atada a una bendición, una bendición preparada por Dios desde la eternidad, y antes de entregármela, necesita que tenga la suficiente y adecuada preparación para recibir y disfrutar en un cien por ciento de esa bendición y por eso pienso que cada bendición va precedida por su respectivo entrenamiento a través de una prueba.

Es como obsequiar a mi hija un carro, necesita pasar ciertas pruebas, para disfrutar de su carro, comenzando con la edad adecuada, algo que definitivamente lleva su propio tiempo y a nosotros nos toca poner paciencia, porque es algo que no podemos apresurar ni que depende de nuestra voluntad, debemos someternos a pruebas de manejo, conocimiento de reglas y leyes y todo lo que se nos exige antes de recibir una licencia que nos autorice el poder manejar.

Antes de que un atleta llegue en primer lugar en alguna competencia, el mismo san Pablo mencionó por todo el entrenamiento que tuvo que pasar. Esfuerzos, limitaciones, aplicarse a horarios y tiempos de entrenamiento cuando seguramente en determinados momentos deseaba quedarse en cama, o comer lo que no le era permitido.

Entonces, pienso, que si para nuestros logros humanos, para nuestros deseos, aceptamos como algo natural el esfuerzo, el atravesar situaciones difíciles, de la misma manera cuando vea que estoy en una situación difícil que desconozco, cuando a mi alrededor las voces de desánimo y principalmente la de satanás cuando susurre a mi oído las mil y una forma en que me dice que no soy importante para Dios….que no me escucha……que porque permite que puertas se cierren o que caminos se bloqueen….. he de recordar con la ayuda del Espíritu Santo, que no se cansa de mí, que una bendición está atada al final de la prueba.

Una bendición personalizada, que lleva mi nombre mucho antes de que yo existiera. Esa bendición ya tiene un lugar y un tiempo escogido con exactitud por mi Señor.

¡GRACIAS SEÑOR!