PRISIONES

Recordando tres diferentes episodios que relatan una liberación:
– Jeremías 38, 12 cuando es rescatado con unas cuerdas.
– Pablo y Silas He. 16, 25-26 cuando encerrados en la cárcel a medianoche se pusieron a cantar himnos y a orar, fueron liberados cuando las puertas de la cárcel cedieron ante un terremoto.
– Pedo, He. 12,16, 6-10 cuando fue encarcelado por Herodes, fue liberado por un ángel atravesando barreras y guardias que obstaculizaban cualquier intento de escape.

Veo, gracias al Espíritu Santo que no se cansa de mí, como el Señor a través de su inmenso amor y de su infinita Misericordia, que es nueva cada día, nunca nos deja solos, permite que atravesemos situaciones muy difíciles y cuando somos víctimas de algún hábito que nos asfixia con sus lazos, Él siempre nos libera. Lo realiza a través de personas que envía a nuestras vidas, nos libera a través de eventos incomprensibles a nuestro entendimiento o a través de sus ángeles, fieles mensajeros.

Esperemos en ese Dios vivo, fiel y amado Padre, quien se acerca a nosotros en el momento que Él ha dispuesto para ser liberados, talvez no fue antes porque no estábamos preparados para llenarnos de la bendición de su presencia, o no hubiésemos atendido a su llamado.

Él sabe el momento siempre perfecto.

¡NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS!

DEJANDO A DIOS ACTUAR

«No necesitas construir tu propio terreno, perteneces al SUYO. No necesitas sostenerlo todo, su PODER te sostiene. No necesitas impresionar a nadie, su GLORIA es suficiente»

ERIC CÉLÉRIER UN MILAGRO CADA DIA

ESPERANDO EN EL SEÑOR

«Dios conoce las necesidades de sus hijos, y las atenderá todas a su manera y según su propio plan. Pero de vez en cuando puede ser tentador querer seguir nuestro propio camino, quizás apresurar el resultado deseado. Sin embargo es fundamental no adelantarse a Dios, ni seguir un camino que nos aleje de Él.
Confiar en el Señor, nos proveerá de todo lo que necesitamos en el momento perfecto y su manera».
CHARLES STANLEY

CANTO DE SIRENA

En el libro de Proverbios 5, 3; y en el Salmo 55, 21, se menciona a una «mujer seductora» de quien se reciben palabras de dulzura, todos estamos a la orden de esa tentación que esta mujer nos ofrece, todos escuchamos esas palabras seductoras que deseamos escuchar, todos escuchamos esas dulces invitaciones a caminar hacia la tentación. Esta mujer al igual que una Jezabel, que conoce nuestras debilidades, nos ofrece la dulzura de la satisfacción momentánea de nuestra carne y que al ir ganando terreno en nuestra voluntad, terminan por destruirnos.

Pidamos al Espíritu Santo guía y discernimiento para distinguir una verdadera melodía del canto de una sirena.