DAR CON ALEGRIA

Al leer, hace algún tiempo, que a Dios le agradan los dadores alegres, y que así como demos, así recibiremos, que así como sembremos, así cosecharemos.
Tomé esta promesa del Señor únicamente en el ámbito material, pero hoy algunos años después, cuando a través de su Espíritu Santo, que no se cansa de mí, he ido aprendiendo a disfrutar de la bendición que hace nido en nuestro corazón de la inmensa alegría que sentimos al dejarnos guiar a la hora de compartir de lo que somos administradores.

Comprendí que también tenemos la oportunidad de ser dadores alegres con nuestra compañía, podemos ser dadores alegres con una palabra de aliento, podemos ser dadores alegres con un servicio, podemos ser dadores alegres en nuestras oraciones de intersección, podemos ser dadores alegres al perdonar.

Cada día tenemos la oportunidad de dar y cosechar y el Señor sin hacerse esperar, hace rebosar el manto de nuestro corazón al llenarlo con una medida de gozo mucho más de lo que podamos imaaginar.



















Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *