LUCHANDO CADA DIA

Cada día enfrentamos luchas contra las tentaciones, Satanás, que ha tenido toda la eternidad para estudiarnos y conocer nuestras carencias, deseos y necesidades, utiliza ese conocer y su paciencia para disparar sus dardos incendiarios.

Satanás dirige nuestra atención hacia una necesidad, hacia un deseo, hacia lo que nos interesa o hacia la carencia que se siente como esa piedrecita dentro del zapato.

Cuando Eva fue tentada, la tentación se presentó en el mismísimo Paraíso, lo tenía todo, menos el fruto del árbol del bien y el mal y fue así como Satanás sembró una semillita, guió su atención a lo que no tenía, y el error de Eva fue comenzar a dialogar con la tentación.
Satanás comenzó con una inocente pregunta ¿Dice Dios que no puedes comer del fruto de los árboles?, a lo que ella contestó que solo de uno no podía comer y así se originó el diálogo de la perdición.

Pienso que algo parecido pasó con Sansón, quien desde un principio comenzó a coquetear con la tentación de lo que no debía hacer, se casó con una mujer pagana y el corto resultado de esa unión terminó en desastre. Luego terminó en los brazos de Dalila y no se apartó ante los intentos malintencionados al averiguar sobre la fuente de su fuerza.

Moraleja: apartar inmediatamente cualquier oportunidad de diálogo con la tentación y huir lo más pronto posible.
















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