ABRAZANDO LAS TENTACIONES

Dejé de rechazar y de quejarme de mis tentaciones, principalmente la de la comida llegando a ofender a mi Señor cayendo en la gula, cuando gracias al Espíritu Santo, que no se cansa de mí, me enseñó cómo en esta lucha de cada día por no caer en la glotonería, va a estar presente hasta que mi Dios lo permita, voy a seguir cayendo, no sin antes presentar batalla resistiendo, hasta que mi Señor lo permita y voy a disfrutar en cada caída sabiendo que mi Dios es un Dios de oportunidades, de nuevos comienzos, que tengo la oportunidad de tomarme de su mano siempre extendida, de ponerme de pié y decirle «una vez más Señor porque Tú lo dices».
También me ayuda mucho el resistir sabiendo que la lucha para resistir es una hermosa oportunidad de fortalecer el músculo del dominio propio es una oportunidad de dejar que la debilidad de mi carne adquiera la consistencia de cayo.

¡GRACIAS AMADO PADRE!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *