El Señor siempre nos espera y pienso que la mejor manera de acercarnos, además de hacerlo a través de la oración, es a través de la participación de la Sagrada Eucaristía, es un acercamiento físico con Él.
En el libro de los Jueces, cuando visita a Gedeón para encargarle una misión, Gedeón le dice que lo espere porque quiere presentarle una ofrenda en la preparación de un alimento. Lo mismo vemos cuando visitó a Abraham, Abraham le pidió que esperara la preparación de una comida que deseaba ofrecerle. A Pedro en Lucas 22, 31-32 después de que le dice que satanás ha pedido permiso de zarandearlo, y Jesús le afirma que ora por él para que su fé no falle, le dice que cuando se arrepienta y vuelvas a Mí…….
Siempre nos espera, no importa como nos encontremos a la hora de regresar, Él siempre nos espera.
En la celebración de la Sagrada Eucaristía, lo hacemos con el pan y el vino ya trabajados, Él ya nos ha bendecido con la materia prima.
No menospreciemos lo que deseamos entregar a Dios, Él ya ha provisto lo que vamos a entregarle, y sondeando nuestros corazones, acepta lo mucho o lo poco que tengamos siempre y cuando el ofrecimiento sea con todo nuestro corazón.