LO TEMPORAL Y LO CELESTIAL

«Las cosas temporales sean para usar, las celestiales para desear. No puedes quedar satisfecho d cosa temporal, porque no eres creado para gozar de lo caduco».

SANTO TOMAS DE KEMPIS

ENTRE NOSOTROS

En un salmo el Señor nos asegura que siempre estará con nosotros, que nunca nos dejará ni nos abandonará.
No necesitamos sentir para saber que Dios siempre está con nosotros, los sentimientos además de ser traicioneros, son inestables, sujetos muchas veces a estados de ánimo.

Ayúdame divino Espíritu Santo, estar consciente de que Dios siempre está entre nosotros, y no sólo cuando a fuerza quiero que se manifieste haciendo lo que quiero.

¿ PORQUE DE UNA PRUEBA?

Pienso que así como cada prueba que es permitida por el Señor y que lleva mi nombre, así también lo son las bendiciones.
Cada prueba es una preparación atada a una bendición, una bendición preparada por Dios desde la eternidad, y antes de entregármela, necesita que tenga la suficiente y adecuada preparación para recibir y disfrutar en un cien por ciento de esa bendición y por eso pienso que cada bendición va precedida por su respectivo entrenamiento a través de una prueba.

Es como obsequiar a mi hija un carro, necesita pasar ciertas pruebas, para disfrutar de su carro, comenzando con la edad adecuada, algo que definitivamente lleva su propio tiempo y a nosotros nos toca poner paciencia, porque es algo que no podemos apresurar ni que depende de nuestra voluntad, debemos someternos a pruebas de manejo, conocimiento de reglas y leyes y todo lo que se nos exige antes de recibir una licencia que nos autorice el poder manejar.

Antes de que un atleta llegue en primer lugar en alguna competencia, el mismo san Pablo mencionó por todo el entrenamiento que tuvo que pasar. Esfuerzos, limitaciones, aplicarse a horarios y tiempos de entrenamiento cuando seguramente en determinados momentos deseaba quedarse en cama, o comer lo que no le era permitido.

Entonces, pienso, que si para nuestros logros humanos, para nuestros deseos, aceptamos como algo natural el esfuerzo, el atravesar situaciones difíciles, de la misma manera cuando vea que estoy en una situación difícil que desconozco, cuando a mi alrededor las voces de desánimo y principalmente la de satanás cuando susurre a mi oído las mil y una forma en que me dice que no soy importante para Dios….que no me escucha……que porque permite que puertas se cierren o que caminos se bloqueen….. he de recordar con la ayuda del Espíritu Santo, que no se cansa de mí, que una bendición está atada al final de la prueba.

Una bendición personalizada, que lleva mi nombre mucho antes de que yo existiera. Esa bendición ya tiene un lugar y un tiempo escogido con exactitud por mi Señor.

¡GRACIAS SEÑOR!
























LIMITACIONES

En mi caminar por esta vida, tuve la oportunidad de trabajar en un «call center» y cada día al entrar al edificio agradecía a Dios la bendición de un trabajo, principalmente donde no se me exigió experiencia en el ramo y donde se me dió la oportunidad de trabajar habiendo superado los cincuenta años.

Recuerdo que siempre pensaba que si mi habilidad de hablar el idioma inglés fuera tan natural como hablar el español, mi lengua nativa, sería imparable, estaría siempre en la cima…..
Una vez más hoy comprendo lo estúpidamente soberbia que fuí.

Ya no trabajo en ese rubro pero le agradezco al Señor la oportunidad que me permitió ver que lo que estaba haciendo era añorar algo que no tenía y en ese afán me estaba perdiendo la oportunidad de ver a Dios en acción a través de mis limitaciones. Pude disfrutar de estar en la cima y sé que fue únicamente por la voluntad de mi Señor. Esa limitación me ayudó a descubrir la grandeza de Dios en mi vida, a vivir en carne propia de cómo en mi debilidad se manifiesta su grandeza y sobre todo a agradecerle de cómo una limitación me mantiene alejada de la soberbia de confiar en mi propio entendimiento en no darle impulso a mi autosuficiencia.

GRACIAS MI SEÑOR POR TANTO AMOR.

EJERCITANDO LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO

Hemos sido inmensamente bendecidos con los dones del Espíritu Santo, muchas veces pensé, erróneamente, que los dones no estaban al alcance de todos y que algunos habían recibido dones que otros no.

Pero ahora, gracias al Espíritu Santo, sé que todos hemos sido bendecidos con sus dones, y cuando gracias a Él comprendí esta grandiosa bendición, comencé, no a pedir para recibir los dones, sino más bien a ser guiada y fortalecida para ejercitarlos, ya que los dones están en mi.

Consciente que en cuanto al don del dominio propio soy sumamente débil, y pidiéndole al Señor me ayude en el fortalecimiento de este don, he llegado a comprender que cualquier oportunidad de luchar con la tentación es una oportunidad de ejercitar el músculo del don de el dominio propio.

Gracias amado Padre y ayúdame a reconocer esas oportunidades y a recordar de llevar puesta tu armadura y después de haber vencido todo: R E S I S T I R

PROVISION ETERNA

Meditando en el milagro de las multiplicaciones de los peces y los panes, en la parte cuando Jesús le dice a Felipe que ellos van a alimentar a todas las personas que se encontraban, específicamente el momento en el que Felipe le dice que no sabe cómo va a hacer para lograr esa hazaña, Jesús le muestra que Él sí sabe cómo y qué va a hacer.

Jesús sabía lo que haría desde la eternidad, me encanta que esperó la confesión, la entrega, el sometimiento de Felipe que sin tanto rodeo le dijo que no sabía cómo hacer.
Es en ese preciso momento en el que reconocemos que sin el Señor no podemos, ni sabemos, en ese momento cuando lo dejamos ser Dios en nuestra vida.

El Señor nos hace sentar cada día sobre verdes pastos y lleva hasta cada uno de nosotros esa provisión que existe desde la eternidad y que existe mucho antes de que la necesidad aparezca.
Por eso cuando, más adelante ve la preocupación de los apóstoles por no llevar pan, los reprende y les recuerda en las dos ocasiones cómo todos nos saciamos y hasta sobras recogimos, cómo una necesidad había sido atendida mucho antes de que existiera.

Cada vez que experimento un asomo de preocupación ante la provisión que no veo, recuerdo esa vez, que tampoco había nada a la vista, recuerdo de las sobras que se recogieron. Y sé que cuento con un pedacito de sobra recogida en el canasto de mi corazón y que ese canasto está lleno de sobras hasta para cada necesidad mucho antes de que exista.

Recuerdo cuando el Señor dijo que se recogieran para que no se perdieran, y así mantengo viva esa orden, para que esas sobras no se estropeen, que no se hechen a perder en el olvido, sino que permanezcan vivas, permitiéndome llenar la necesidad que aún no existe.

¡GRACIAS AMADO SEÑOR!











PENINA

En el libro de 1Samuel en el capítulo 1, 1-8 encontramos la historia de Ana, la madre del profeta Samuel, cómo sufría por ser estéril y cómo oró a Dios derramando su corazón y depositando toda su confianza en el deseo de tener un hijo.


Vivía una situación muy difícil porque el hecho de ser una mujer estéril en su época era una deshonra y además sufría las ofensas de Penina, la otra esposa de Elcana, su marido, quien disfrutaba presionando la herida de no poder tener hijos. Sin embargo su esposo la amaba mucho y le daba lo mejor de lo que tenía. Elcana al ver la tristeza de Ana, se ofrecía a ella diciéndole que él era algo muy bueno para ella, inclusive llegó a decirle que era mejor que diez hijos.

Pienso que también nosotros llevamos en nuestro interior una Penina, que nos impide de disfrutar en su totalidad de cada día, nos impide disfrutar de ese Elcana que Dios ha dispuesta para cada día, ese Elcana que no necesariamente es una persona, ese Elcana que simboliza lo que Dios ha preparado para nosotros cada día.

Esa Penina que llevamos dentro, enfoca todo su esfuerzo en incrementar el peso de nuestras limitaciones enfocándolas en un «hasta aquí puedes» un «ya no hay más paso hacia adelante» y otros enfoques que nos llevan a desanimarnos, a dejar de esforzarnos, a dejar de seguir creyendo. Es una Penina que constantemente nos recuerda los errores pasados enfocándose en que no tenemos más oportunidades.
Pienso en la importancia de que aunque no podemos evitar esa voz dentro de nosotros, tenemos un Dios y Padre amoroso y Todopoderoso, podemos aprender de la persistencia de Ana en la oración y en la espera en el Señor.
Recibió lo que tanto anhelaba y entregó a su hijo a Dios, nosotros también podemos entregar ese hijo, no físico, sino ese hijo que es el triunfo de haber conseguido victoria sobre las tentaciones, el pecado, las malas acciones, los malos deseos y pensamientos.

Ana es un maravilloso ejemplo a seguir, a no desfallecer, a no fijarnos únicamente en la Peninas que llevamos dentro, sino a utilizarlas para ponerlas a la voluntad del Señor.




















LUCHANDO CADA DIA

Cada día enfrentamos luchas contra las tentaciones, Satanás, que ha tenido toda la eternidad para estudiarnos y conocer nuestras carencias, deseos y necesidades, utiliza ese conocer y su paciencia para disparar sus dardos incendiarios.

Satanás dirige nuestra atención hacia una necesidad, hacia un deseo, hacia lo que nos interesa o hacia la carencia que se siente como esa piedrecita dentro del zapato.

Cuando Eva fue tentada, la tentación se presentó en el mismísimo Paraíso, lo tenía todo, menos el fruto del árbol del bien y el mal y fue así como Satanás sembró una semillita, guió su atención a lo que no tenía, y el error de Eva fue comenzar a dialogar con la tentación.
Satanás comenzó con una inocente pregunta ¿Dice Dios que no puedes comer del fruto de los árboles?, a lo que ella contestó que solo de uno no podía comer y así se originó el diálogo de la perdición.

Pienso que algo parecido pasó con Sansón, quien desde un principio comenzó a coquetear con la tentación de lo que no debía hacer, se casó con una mujer pagana y el corto resultado de esa unión terminó en desastre. Luego terminó en los brazos de Dalila y no se apartó ante los intentos malintencionados al averiguar sobre la fuente de su fuerza.

Moraleja: apartar inmediatamente cualquier oportunidad de diálogo con la tentación y huir lo más pronto posible.
















ORACION

«Pídele al Señor que haga de tu vida una gloria para Él, una amenaza para el diablo, una fortaleza para tu iglesia y un testimonio para el mundo.»
FREDERICK P. WOOD