DAR GRACIAS

«Dar gracias es comprender que las bendiciones nos rodean y que debemos encontrarlas y entrarnos en ellas. Es la actitud de saber que tenemos un Dios al mando de todo. Es el hábito de detenernos un momento a lo largo del día para susurrar «Gracias Señor». Es encontrar buenos momentos incluso en los malos y regocijarnos incluso en la tristeza. Es apreciar el color de las flores, la forma de las nubes, el aroma del pan recién horneado y la comodidad de una almohada suave por la noche».

DR. DAVID JEREMIAH

ESPIRITU SANTO

«El Espíritu Santo es nuestro Paráclito, nuestro compañero que camina a nuestro lado. Si lo mantenemos a distancia, también nos alejamos del Padre. Pero si le pedimos al Espíritu Santo que guíe nuestros pasos y nos abra la mente a los planes de Dios, nos apoyará y animará de maneras que jamás imaginamos»

CHARLES STANLEY.

GRACIAS SAN PABLO

Pienso en la epístola a los filipenses que san Pablo escribió desde su prisión en Roma, y admiro cómo su entrega al ministerio que le fue encargado por Dios, no le impidió llevarlo con excelencia.

No sé si en algún momento se preguntó de ¿por qué se encontró encarcelado tantas veces, si el Señor lo había escogido para predicar su Evangelio?…..no lo sé…..lo que sí sé es que no importó en la situación que se encontró, simple y sencillamente siguió las órdenes del Señor y estando prisionero, supo que en esa situación, en ese lugar, tenía la oportunidad de servir al Señor de acuerdo a su divina voluntad y no como posiblemente san Pablo pudo desear hacerlo.

Para mí es un gran aprendizaje, saber que no necesito estar donde pienso que es el mejor lugar, o encontrarme en el mejor tiempo, según mis criterios personales, lo importante es mi SÍ SEÑOR, y ofrecerme para ser instrumento a través del cual fluya la bendición para nuestros hermanos.

MUCHAS GRACIAS SAN PABLO

DIOS EL PILOTO

«A veces sentimos que el Señor nos dice: abróchense los cinturones. Yo tengo el control, aunque ustedes no sepan a donde van.

Eso le sucedió a Abraham, Dios lo llamó, sin decirle a done iba, y Abraham obedeció».

DR. DAVID JEREMIAH

Pro 3, 5-6 Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará todas tus sendas.

JESUS ANUNCIADO A TRAVES DE LAS ESCRITURAS PARTE 1

LA VIDA DE JESUS:

  • Este Dios-Hombre vendría del linaje de David: Isaías 9,7.
  • Nacería de una virgen: Isaías 7, 14.
  • Nacería en Belén: Miqueas 5, 2.
  • Haría que el ciego viera, que el sordo escuchara, que el cojo caminara y que los mudos cantaran: Isaías 35, 5-6.
  • Anunciaría las Buenas Nuevas a los pobres, consolaría a los quebrantados, y liberaría a los cautivos.

LA MUERTE DE JESUS:

  • Era inocente: Isaías 53,9.
  • Sería traicionado por un amigo cercano: Salmos 41,9.
  • Vendido por treinta piezas de plata: Zacarías 11, 12.
  • Sería despreciado y rechazado: Isaías 53, 3.
  • Sería golpeado y escupido: Isaías 50, 6.
  • Perforado en sus manos y pies: Salmos 22, 16.
  • Y finalmente muerto: Daniel 9, 26.

LA ESURRECCION DE JESUS:

  • Él volvería a la vida: Salmos 16, 10-11.
  • Establecería un pacto eterno con el pueblo de Dios: Jeremías 31, 31-34.
  • Estaría dispuesto a llevar los pecados de muchos y a interceder por los transgresores: Isaías 53,12.
  • Él sería una luz para todas las naciones: Isaías 11, 10.

Todo concerniente a Jesús parecía imposible, pero Dios es poderoso para haceer mucho más de lo que imaginamos. Por tanto, recuerda al Dios que sirves, y anímate: a Dios nada puede sorprenderlo. Él conoce el final desde el principio de los tiempos. Sus propósitos no pueden ser frustrados. Su carácter nunca cambiará.

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VOLVIENDO A CAER

Cuando la tentación viene, habla palabras dulces, amables, tiene una voz tan seductora como el canto de las sirenas. Pone su brazo tiernamente sobre mi hombro y me llena de un calor que me dice que sabe lo que verdaderamente necesito. Estúpidamente le pongo atención y como un manso corderito le entrego mi voluntad. Vuelvo a confiar en mi propio entendimiento y en lugar de buscar en las armas espirituales con las que mi Señor me ha aperado, cierro la puerta y una vez más confío en que hoy puedo y de que mañana me disciplino.

Volver a levantarme es muchas veces muy difícil y satanás sigue utilizando la misma estrategia que utilizó al principio conociendo mi debilidad, no la cambia, le ha funcionado.

PERO YA NO MAS, MI SEÑOR HA VENCIDO AL ENEMIGO, y yo debo honrar esa victoria.

Nadie dijo que no sería difícil, pero mi Señor ya cargó con esto y entregó su preciosísima vida por mi salvación, derramó su sangre y es mi turno de hacerle compañía.

LOS NOMBRES DE DIOS

Una vez leí que los nombres de Dios son como su currículum, cada nombre revela un atributo de nuestro Padre.

– YAVEH : YO SOY EL QUE SOY.
– YAVEH SHALOM: EL SEÑOR DE LA PAZ.
– EL SHADAI: EL ALTISIMO, EL TODOPODEROSO.
– EL OLAM: EL ETERNO.
– YAVEH RAPHA: EL SEÑOR QUE SANA.
– JEHOVA JIREH: EL SEÑOR QUE PROVEE.
_ ABBA: PADRE.
– JEHOVA ROHI: EL SEÑOR ES MI PASTOR.
– JEHOVA SABAOTH: EL SEÑOR DE LOS EJERCITOS.
– ELOHIM: DIOS PODEROSO.
– ADONAI: MI GRAN SEÑOR.
– JEHOVA NISSI: EL SEÑOR ES MI ESTANDARTE.
– JEHOVE PADOSH: EL SEÑOR SANTO.
– EL ROI: EL SEÑOR QUE ME VE.

ESCUCHA, CONFIA Y OBEDECE

En la Biblia encuentro una innumerable cantidad de personajes, reyes, personas comunes y corrientes, que me han dejado una enseñanza de mucho valor, y la enseñanza tiene un común denominador para cada uno de ellos: ESCUCHA, CONFIA Y OBEDECE.

Recuerdo en el Crónicas 20, 17 cuando el rey Josafat se enfrenta con la amenaza de ser atacado por un ejército más numeroso con el que él contaba, enfrentaba una amenaza de ataque cuando no había un motivo.

El rey convocó a todos, proclamó un ayuno e invocó a Dios, recordando que es un Dios Todopoderoso, siempre presente y el Señor a través de un profeta mandó a decirle al rey que no tenía por qué preocuparse, le explicó que la batalla no era de él sino del Señor, le dijo que no tendría que pelear y que les hiciera frente, reafirmó que no tenían porque temer ni acobardarse, que la batalla le pertenecía al Señor. Les dijo que fueran y les hicieran frente.

¿Qué hizo el rey Josafat y todo el pueblo?
Escucharon al Señor, confiaron cuando después de haberles dicho que no tendrían porqué pelear, les mandaba que fueran y que les hicieran frente. ¿Cómo podría ser esto? ¿Cómo es que tendrían que presentarse a la batalla y no pelear? No importó lo que hubieran podido pensar en ese momento, simple y sencillamente confiaron y obedecieron.

Se presentaron y cuando comenzaron a alabar al Señor en su camino a la batalla, Dios intervino y se hizo cargo de la batalla. No tuvieron que pelear y se retiraron a sus casas con un botín que tardaron tres día en recoger.

Mi Dios está presente en cualquier acontecimiento sin importar la circunstancia ni el tiempo, solo sé que en cada situación puedo encontrarle y tener la oportunidad de escuchar, confiar y obedecer.

¡GRACIAS SEÑOR !









CALEB

Cuando comencé a fomentar cada día mi lectura en la Palabra de mi Padre, uno de los personajes que cautivó mi corazón fue Caleb, en primer lugar cuando fue nombrado para ir a inspeccionar la Tierra Prometida con otros hombres de la tribu, él y Josué fueron los únicos que dando un buen testimonio de lo que habían visto, estaban agradeciendo a Dios. Nu. 14, 5-7, confiaron plenamente en el Señor y no se amedrentaron ante el esfuerzo que tendrían que hace, ante lo que tendrían que renunciar, ante lo que tendrían que enfrentar….. recordaban y confiaban en el Dios Todopoderoso que los había sacado de Egipto, que los había guiado y protegido en su paso por el desierto, el Dios que los había alimentado y saciado su sed.

Cuando iniciaron la conquista, Caleb no reclamó el hecho de que había llegado su momento para poseer su parte, ayudó con su fuerza, su estrategia, sus talentos y dones peleando junto a sus hermanos para que cada uno recibiera su parte. Y fue al final cuando recordó una promesa de Dios que mantuvo viva y le llevó a reclamar su preciada porción.
Me encanta cuando hizo un recuento de la edad que tenía cuando inició su viaje a través del desierto y 45 años más viejo, gracias a su entrega al Señor confesó que sentía la misma fuerza para conquistar y poseer su tierra.

¡Qué invencibles somos al confiar en nuestro Padre!

LIBRADOS DE EGIPTO.

Hace aproximadamente doce años atrás y debido a una escasez económica que atravesaba, me retrasé en el pago de la renta de la propiedad que alquilaba. No voy a entrar en detalles porque no le quiero quitar importancia al hecho de que por primera vez me apropiaba de una de tantas promesas que el Señor tiene para mí y que va revelando cuando Él considere que estoy lista para hacerlas mías.

La promesa está en el libro de Éxodo 14, 13 «No teman y permanezcan firmes, y verán de que manera Yahvé los va a salvar. Miren a todos esos egipcios, que hoy ven, nunca más los volverán a ver. Yavé peleará por ustedes y ustedes solamente mirarán».

En ese preciso momento gracias a la acción del Espíritu Santo que no se cansa de mí, comprendí que Dios se haría cargo de la situación, y aunque yo esperaba su respuesta y su presencia como yo pensé que sería, todo se resolvió a la manera y en el tiempo de Dios. Ví a ese egipcio sucumbir en las profundidades del mar y me llené de gozo al recibir la victoria que Dios había ganado para mí.

Desde entonces esa promesa es repetida y esculpida una vez más en mi corazón cada día, es una constante alabanza al recuerdo de su presencia siempre viva en mí.

Hoy vuelvo a experimentar una situación igual, esta vez no es por escasez económica, y no puedo explicar como el mantener viva esta promesa, llena mi alma y todo mi ser de la Paz de Dios, esa Paz que sobrepasa todo entendimiento y guarda mi corazón y mi mente en Cristo Jesús.

Hoy mi deseo, claro siempre es que esta nueva amenaza llegue a su fin, pero en el proceso el Señor ha tocado mi corazón y mi deseo es descubrir otro pedacito de su presencia, es encontrar lo nuevo que Él tiene para mí, lo nuevo que desea que aprenda y lo más sorprendente es que estoy aprendiendo a pedir con todo mi corazón por los que van a entablar esa demanda.

¡GRACIAS AMADO PADRE!