Pienso que cada día es un regalo que nos permite llenarnos de la presencia de Dios.
En Éxodo 14,13, el Señor nos dice, a través de las palabras pronunciadas por Moisés que no temamos, que permanezcamos firmes y tendremos la oportunidad de ver la obra del Señor, de recibir su salvación cada día.
Ayúdame Señor a no quitarle espacio al gozo de cada día pensando, analizando, preocupándome con un futuro que te pertenece; y si he de recordar mi pasado, ya sea los buenos y los malos momentos, las equivocaciones, los errores, las malas decisiones, los malos recuerdos que todo sirva para la gloria y honra de tu nombre, que sea para sorprenderme de tu poderosa acción y de cómo tu promesa de que trabajas todo en conjunto para nuestro bien se cumplió en cada situación. El comprender esto gracias Espíritu Santo, que no se cansa de mí, agradezco por cada situación en las que ahora disfruto que haya sido de acuerdo a tus planes y no a los míos. Ayúdame a acallar esa voz que me repite mis imperfecciones, mis fallos, mis equivocaciones y dame el discernimiento de subir el volumen que me recuerda constantemente que soy una hija amada.
¡GRACIAS MI SEÑOR!