CAYENDO EN LA TENTACION

Las veces que le he abierto las puertas a la tentación, las veces que me he encontrado dialogando con ella, las veces en que yo he dispuesto un salón VIP para invitarla a pasar y como obviamente el resultado de estas acciones, me han llevado a caer, viéndome revolcada en sus brazos, siempre….siempre recuerdo la vez que Esaú vendió su primogenitura por un plato de estofado. Y pienso que se debió al hecho de que tenía varios días de estar sin comer, y no es que lo esté justificando. Pero mis deslizones en la comida han sido para satisfacer un deseo temporal. Y me lleno de tristeza de que por no haber resistido un instante, esperando la presencia de mi Señor quien viene en mi rescate fortaleciendo mi resistencia, caigo y veo cómo se esfuma el resto de mi día en el que la oportunidad de celebrar la victoria por haber resistido, me encuentro con el peso de la desilusión de haber caído.

Cada día Señor, sabiendo que eres el Dios que ama los nuevos comienzos y nuevas oportunidades, te ofrezco hacer mi mejor esfuerzo, y cuando celebro que lo he conseguido en varios días seguidos, vuelvo a caer……sé que mis acciones no te sorprenden y saber todos los tests que todavía voy a seguir fallando, pero también conoces el firme propósito que tengo de presentar mi mejor resistencia.

Ayúdame Señor a no darme por vencida, sé que las tentaciones las voy a seguir enfrentando hasta que Tú lo permitas y voy a seguir cayendo hasta que Tú lo permitas. Ayúdame a recordar que con tigo soy más que vencedora.

¡GRACIAS SEÑOR!






Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *