Lo que a continuación deseo compartir, así como en otras ocasiones, es algo que leí, es algo que el Espíritu Santo puso ante mí:
«El primer milagro de Jesús, fue en una fiesta: transformar el agua en vino, en la celebración de una boda. ¿Quién hace eso? Un Dios que no solo quiere salvarte….sino enseñarte a celebrar.
Jesús, tú no viniste solo a arreglarme, sino a habitar conmigo. Hazme consciente de tu presencia en cada parte de mi día. Aun en lo cotidiano, haz milagros que solo Tú puedes hacer.»