CIRINEOS

«Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo» Ga 6, 2

Rechazar la ayuda que otros nos ofrecen es impedirles completar la tarea de cirineo que tienen que realizar, es impedirles recibir la bendición de haber servido al Señor al servirnos a nosotros, es bloquear la ayuda que Dios nos envía a través de otros.
Muchas veces rechazamos esa ayuda, posiblemente, por una falsa modestia o porque pensamos que si decimos sí, nos convertimos en una carga para el que nos va a ayudar.

De la misma manera está la otra parte, también nosotros somos el cirineo de alguien, podemos recibir esa bendición aleatoriamente, teniendo un «sí Señor» al momento en que se nos indica que podemos ayudar a alguien. No solo es una ayuda material, económica, es una ayuda llevando nuestra presencia, nuestra compañía, nuestros consejos y comentarios. Es atender brindando nuestra ayuda, siguiendo el ejemplo de la Santísima Virgen María que sin pensarlo dos veces corrió a prestar su ayuda a su prima Santa Isabel. Llevó su persona y llevó consigo a Jesús.

Ilumíname divino Espíritu Santo a tener la suficiente sensibilidad en mis ojos y en mis oídos para aceptar la ayuda de mis cirineos, y para ser el cirineo de alguien más.

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