¨DICHOSO EL HOMBRE QUE TEME AL SEÑOR, Y CUIDA DE SUS MANDAMIENTOS…….NO LE TEME A LAS MALAS NOTICIAS PORQUE SU CORAZON CONFIA EN EL…….¨
Es una parte de la Biblia se encuentra esta afirmación, pero que es temerle a Dios?
Muy sabido es en estos tiempos que ese temor no es nada más ni nada menos que amarlo y respetarlo con todo nuestro corazón, es cuidarlo como lo más preciado que tenemos, es, cuando impulsados por ese amor que tememos no hacemos cosas que lo ofenden, no lo queremos lastimar.
Temerle a Dios es siempre tener ese fuego del deseo de darle lo mejor, que nuestro día gire con el propósito de agradarlo a través de nuestras acciones. Y actuando de esta manera recibimos la bendición de la transformación en nuestro corazón fortaleciendo y estrechando la relación que tenemos con nuestro amadísimo Padre.
Llegamos a reírnos, como dice el salmo, de nuestros adversarios, nos volvemos dichosos porque nos damos cuenta de que la mala noticia recibida, ya pasó por los dedos de Dios, esa hora cero del vencimiento de un pago, del resultado de un examen de salud, de la respuesta de un hijo y tantas otras situaciones, después de tocar fondo nos encontramos con Jesús que nos toma de la mano y nos lleva a la superficie. El está en ese fondo del pozo antes de que nosotros lleguemos y al llegar vemos que nuevamente salimos a la superficie y no salimos solos, sino tomados de la misma mano que sostuvo a Pedro cuando sintió hundirse.
Sólo démosle la oportunidad a ese Dios que cuida de nosotros, que siempre tiene su mano extendida y entreguémosle esta lucha diaria para aprender cada día a mostrarle cómo nuestra confianza se afianza en ÉL.