EL VALOR DE LO QUE NO SE VE

Cuando medito en el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces, que se produjo en dos ocasiones, agradezco el hecho de que el Señor pacientemente espera a que le lleve mis cargas, mis ansiedades, mis necesidades, mis angustias……y me da la oportunidad de decirle,: «Señor no se que hacer», porque Él me enseña, que Él sí sabe lo que va a hacer, es más, ya lo hizo desde la eternidad.

Después de mandar a sentarme sobre pasto verde, me entrega una provisión que yo nunca ví, ni siquiera sospeché que podría existir.

Me enseña que no necesito ver esa provisión para saber que existe, Él ya tiene una provisión para cada necesidad, aunque la necesidad todavía no exista.

Antes los momentos imposibles para el hombre, nada es imposible para Dios. La provisión siempre se presentará en el momento preciso. Nunca antes para que nos olvidemos, ni después cuando ya no tenga efecto. Todo a la manera y en el tiempo de Dios.

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