LENGUA

«Así también la lengua es algo pequeño, pero puede mucho; aquí tienen una llama que devora bosques. La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda nuestra vida.

Animales salvajes y pájaros, reptiles y animales marinos de toda clase han sido y de hecho son dominados por la raza humana. Pero nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de veneno mortal.

Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios». Sa 3, 5-9

Es de todos conocida la afirmación que dice que las palabras hieren más que las acciones.
Cuando leí el versículo anterior, ví la pequeñez de todos nosotros cuando no logramos dominar algo tan pequeño como es la lengua, algo que está con nosotros desde nuestro nacimiento, algo que ha caminado con nosotros y que día a día hemos permitido que se convierta en un monstruo que se fortalece al no poder controlar sus acciones.

Esta lengua no dominada es un animal salvaje, que desesperadamente sale al exterior en cuanto tiene oportunidad y lo hace para seguir alimentándose con comentarios mal intencionados, comentarios maliciosos y con el principal ingrediente de herir a otros.

Ayúdanos Señor a que estos comentarios tomen un giro para agradecer, edificar fortalecer a nuestros hermanos.

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