LLENANDO EL ESPACIO

En Mateo 12, 44-45 se nos narra de la situación cuando un espíritu inmundo sale del cuerpo de alguien y se va en otras búsquedas. Al no encontrar nada regresa y encuentra la casa limpia, arreglada, desocupada y esto lo incita a ir en búsqueda de otros compinches y regresar. En ese momento la situación del hombre se vuelve peor que al principio.

Gracias al Espíritu Santo, que no se cansa de mí, comprendí cómo era posible que el mal espíritu volvía al lugar del que había salido, y lo hacía con más maldad. No comprendía como si la casa estaba limpia y ordenada, el mal espíritu se volviera a acomodar. Hasta que puse atención en la palabra «vacía», «desocupada». ¿Vacía?, sí vacía, vacía de la palabra de Dios, vacía de la presencia de Dios. Entonces el remedio es llenar del alimento espiritual, de la palabra del Señor, para que al regresar ese espíritu con otros más no encuentre lugar donde habitar.

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