QUE NUESTRO PORQUE NO SEA UN PORQUE DE RECLAMO.
Acostumbrados a tanta bendición, no estamos acostumbrados a agradecerle y cuando la adversidad llega a nuestras vidas, sea a través de una espina en el zapato o una catástrofe, no perdemos un segundo en expresar nuestro «Y porqué a mi».
El Dr. David Jeremiah comparte un lo que Erwin Lutzer, escribe en su libro «Donde Estaba Dios».
menciona varias respuestas ante la pregunta que muchas veces hacemos ante un desastre natural:
¿Porqué tantas personas mueren en desastres naturales?
«¿Porqué tantas personas incluyéndonos aun vivimos? El sol y los cultivos son signos de la Gracia de Dios, ¿Cuántas personas le agradecemos por un buen clima? ¿Y los numerosos beneficios que la naturaleza nos brinda en este planeta?
El sol nos ilumina, nos da calor, la lluvia cae para bendecirnos, y las estrellas brillan para recordarnos que Dios no solo está en los cielos sino también en la tierra para llenarnos de sus Gracias que no merecemos.
Deberíamos dar gracias cuando la tierra permanece firme y no tiembla, cuando no hay tornados, cuando no hay inundaciones.
En el libro de Lamentaciones el profeta Jeremías dice que la misericordia del Señor es nueva cada día.
La vida es un regalo de Dios y Él tiene el derecho de darla o quitarla, Dios no está obligado de darnos bendiciones, graciosamente busca dárnoslas.
Muchas quienes preguntan dónde estaba Dios ante los desastres naturales, no son consientes de que son bendecidos y se niegan a alabar a Dios por tantos años de paz, de calma, de bienestar en sus vidas. Piensan que Dios está obligado a darles ayuda en la adversidad, piensan que al Dios a quien deshonran en la salud, obligadamente los tiene que sanar, al Dios al que ignoran en la abundancia debe rescatarlos de la pobreza.
Al Dios al que se niegan a alabar debe siempre rescatarlos cuando la tierra tiembla.
Dios no nos debe nada, antes de acusarlo de que no cuida de nosotros, agradezcamos cómo nos cuida, somos bendecidos aun en su silencio.»
Aprendamos a mirar las intervenciones de Dios con otros ojos.