Ante la frecuente caída que he experimentado en mi lucha por resistir a los alimentos prohibidos por ser diabética y la caída frecuente a controlar los tamaños de mis porciones, uno de estos días le pregunté al Señor que más necesito hacer, no entendía el porqué algunas veces presentaba fuerte resistencia, cuando otras ni me acordaba de toda la artillería espiritual que mi Padre me ha entregado.
De verdad que por un momento estuve a punto de abrir la rendija para que el diablo una vez se adueñara de mi voluntad haciéndome creer que siempre sería igual, que nunca cambiaría, que Dios un día se cansaría de mí.
Pero una vez más el Espíritu Santo, que no se cansa de mí, me recordó que en mi resistencia tengo que ir un día a la vez, y en cada día debo ir paso a pasito. Que no solamente debo resistir sino que también me debo alejar. Una vez escuché en un sermón del Dr. David Jeremiah que la mejor arma para huir de la tentación es tener un par de Adidas.
Llevo dos días probando este nuevo armamento y he disfrutado mucho el darme cuenta del pasito que logro superar, gracias a la fuerza del Espíritu Santo y de agradecer la bendición de verlo actuar en mi vida.
GRACIAS SEÑOR