PIEDRAS PARA NUESTRO ALTAR

En el capítulo 4 del libro de Josué, Dios da una indicación a Josué de que nombre a 12 hombres, uno por cada tribu, para que estando el Arca en medio del río Jordán sobre tierra seca, para que recogieran 12 piedras y cuando salieran del río las colocaran como un altar para recordar como Dios, siempre presente, los había conducido hacia la Tierra Prometida y que ese testimonio sirviera para generaciones futuras.

Todos hemos pasado por aguas, a veces aceptablemente tranquilas pero en ocasiones sumamente turbulentas, pero gracias a Dios que siempre nos acompaña, ¡hemos pasado!
Pienso que también nosotro al recordar como Dios ha intervenido en cada situación, podemos tomar esa roca que representa el recuerdo de su acción en nuestra vida.

Ayúdame Señor a abrazar cualquier roca, llevarla con tu guía y no temer recordar esos momentos difíciles, de malas decisiones, de acciones equivocadas, de pecado. Sino más bien que sean una roca viviente en nuestro altar, donde tu gran e infinita Misericordia se ha manifestado, y que sea la seguridad de que seguirá manifestándose.

¡GRACIAS SEÑOR!

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