Cuando el Señor realizo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, en las dos ocasiones, se que me vio cuando ninguno de mis días existía y me indico el lugar que tenia para mi para sentarme.
Llego hasta donde me encontraba, a su manera, en su tiempo y me bendijo con una provisión, mas de lo que pudiera haber necesitado, mas de lo que pudiera haber imaginado, mas de lo que hubiera podido haber deseado y pude saciarme, me indica, luego, que recoja las obras para que no se desperdicien.
Señor me enfrentas al hecho de reconocer que no se que o como hacer ante un evento como seria dar de comer a toda esa gente y al hacerlo puedo reconocer ante Ti mi limitación, mi debilidad y es cuando conociendo lo que aflige mi alma y aprieta mi corazón, me enseñas que Tu sabes lo que vas a hacer, porque ya lo hiciste desde la eternidad.
Y por eso, cuando mi alma se vuelve a ensombrecer ante cualquier preocupación, me amonestas haciéndome recordar en las dos ocasiones, las sobras que llenaron los canastos y me dices ¨y aun no comprenden¨… Cada día comprendo un poquito mas Señor, gracias a tu Espíritu que me guía, y aprendo que en cada pedacito de sobra hay un pedacito de tu presencia, estoy entendiendo que puedo llenar el canasto de mi corazón y que hay una provisión eterna para cada necesidad aun cuando esta no exista todavía.