Frecuentemente, me encuentro meditando en el hermoso «HAGASE» de mi amado Padre, y poco a poco Él va revelándome nuevas formas de verlo, nuevo entendimiento, nueva admiración al tratar de entender todo lo que involucró en ese «HAGASE».
Es increible como en ciertos momentos en los que tengo la oportunidad, a través del Espíritu Santo, tropezar con la presencia de mi Padre en el día, cómo me permite sorprenderme ante lo que interrumpió mi rutina, lo diferente al comenzar el día, los retrasos, lo que se adelantó, lo que tomó otro giro, la puerta que se abrió o la que se cerró, o la que aún no se abre…….podría mencionar tantas oportunidades porque Dios está presente en todo momento, porque no hay ni un pequeño pedacito que no llene Su presencia; y además de disfrutar de este hermoso gozo de tropezarme con Él, el Espíritu Santo completa mi gozo cuando me lleva a ver como este momento existe desde otro tiempo, que se originó en otro lugar y una vez más veo como mi Señor es el Eterno YO SOY, siempre presente, absoluto dueño del ayer, del hoy, del mañana y del siempre.
